dimecres, 12 d’octubre del 2016

Paseo por Chinotimba

He paseado esta tarde por el barrio de Chinotimba. El que en su momento fue el asentamiento original y que más tarde se convertiría en la ciudad de Victoria Falls; en busca de flora autóctona que nos pueda servir en los village.

Justo después de cruzar la carretera principal, la A-8, de la que ya he hablado en otras entradas, Allan, un vendedor ambulante de souvenirs de cuarenta y siete años, me ha reconocido y se me ha acercado corriendo. En un par de ocasiones nos había intentado vender a Marcos y a mí, en el orden inalterable que todos los vendedores parecen haber pactado, primero, dólares zimbabuenses, sin valor actualmente y en ocasiones fotocopias, luego, figuritas de madera, sean elefantes, hipopótamos o pequeñas cajas y por último, un descuento en dichos productos.

Pero hoy Allan, al ver que tomaba un atajo por un descampado que usan los locales para llegar al barrio antiguo, se ha limitado a preguntar que hacía por allí. Estaba sorprendido de ver un blanco por Chinotimba, donde solamente vive una blanca, me ha dicho. Se refería a Ana, una simpatiquísima italiana amiga de María, deberíais verlas conversar en la lengua de la bota, es una mezcla de rocambolescas entonaciones y enrevesadas gesticulaciones, un derroche de dinamismo al alcance de pocas.

Al mencionar que iba en busca de moringas, parece que he acabado de asentar los cimientos de una prospera relación. Es todo un entusiasta del uso medicinal de las plantas autóctonas, se queja de que la juventud está olvidando estas tradiciones, que a mi entender tienen mucho más fundamento teórico del que a veces podemos pensar.

Moringa a jardí privat
Hemos ido a varias casas donde Allan sabía que tenían moringas. Pidiendo permiso para entrar al jardín para que yo pudiera hacer mis preguntas, mi fotografía de rigor y guardarme las coordenadas para tener algunas referencias en este entramado de calles carentes de sentido geométrico. Las niñas y niños nos saludaban alegremente al grito de Khiwa! Khiwa! How are you?!? (¡Blanco! ¡Blanco! ¿¡¿Cómo estás?!?) Por aquí las rutas turísticas no acostumbran a pasar y no es habitual ver blancos repite Allan.A más de uno y a más de una, le vendría muy bien contagiarse de esta energía, alegría y sencillez que se respira, el dicho "no es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita" cobra aquí todo su peso.

A medida que avanzábamos en este instructivo paseo, mi acompañante me va hablado de los usos de otras plantas o de cuanto les gustan los mangos a los elefantes, entre muchas otras cosas, botánica aparte. Le he querido invitar a una cerveza de sorgo en un bar al lado del Old Market, mostrando mi interés por dicha bebida lo más sutilmente posible, sabiendo que aquí por razones religiosas, aun siendo el cristianismo la religión dominante, muchas personas no beben; pero la que iba ser mi primera y ansiada cerveza de sorgo se ha quedado en nada.

Al mirar mi cartera solo he encontrado un billete de cincuenta dólares y conseguir que te den cambio fuera de la zona turística es bastante complicado, no se suelen usar billetes mayores de veinte. Se estaba haciendo ya de noche y nos hemos despedido ¡Con una cerveza apalabrada! 

Como guinda a este pastel, volviendo para casa, en la entrada de un lodge (pequeño hotel), había un chico que conocemos de vista del Shoes, me ha reconocido, le he reconocido, hemos estado hablando y estoy invitado a un concierto el sábado de la semana que viene y puedo llevar a todos los amigos que quiera ¡Ya sabéis! Que viene una banda a propósito des de Harare ¡Poca coña!


Flor de moringa



Héctor